TESTIMONIO DE CUIDADORES
Escrito por Cecilia Borja Pazmiño
LA MUERTE ¿TIENE SENTIDO?
Hay situaciones vitales que nos llevan a buscar el sentido de la vida pues a veces la vida misma nos cuestiona: ¿vale la pena vivir? Las respuestas son muchas, la mía es que mientras amemos sí vale la pena vivir. Pero, la pregunta sobre el sentido de la muerte nos congela, sobre todo en esta pandemia globalizada, donde la muerte se ha vuelto una vecina cercana que produce temor porque puede golpear la puerta de nuestra casa en cualquier momento.
El 11 de enero de hace 6 años nos visitó esta vecina letal cuando se llevó a mi padre Luis Felipe. Mi madre Rosita Inés asistía a TASE durante la dolorosa enfermedad de mi padre, como ella lo repetía tantas veces, él fue “su amado y el único hombre de su vida desde los 18 años”, en un matrimonio cercano a los 70 años. ¿Habrá un amor así ahora? Les invito a reflexionar mirando qué sucede actualmente con las parejas jóvenes o de más edad.
Aquel día fuimos temprano con mi madre y hermanos al Hospital de los Valles, el desenlace no tardó en llegar, mi madre estaba en la sala de espera. Cuando se enteró tuvimos que llevarla a emergencias, no resistió, en la noche fuimos a la primera Misa en Monteolivo. Mi madre había sufrido continuos desmayos al punto de que no pudo bajarse del auto entonces aparecieron como ángeles guardianes dos directivas de TASE, y se quedaron acompañándola mientras yo iba a la Misa.
Cuando volví mi madre estaba tan tranquila que no pude dejar de preguntarles cómo lo hicieron, me respondieron simplemente que se pasaron conversando con ella, fue una “larga conversación” hasta cuando vino la pandemia. Desde entonces mi profundo agradecimiento a TASE por hacer realidad concreta su lema: Trascender con Amor, Servicio y Excelencia. Día a día mi madre ha podido trascender su inacabable dolor.
La pregunta que siempre hacía, ahora menos, es: “¿Dónde está tu papá?” ¿Acaso la muerte tiene respuesta? Yo me atreví a responderle desde mi profunda fe, el Amor es más fuerte que la muerte, es nuestro origen y destino. Le dije entonces que el amor de su vida sigue vivo en su corazón y que ahí lo puede encontrar pero que partió hacia el Cielo Misterioso donde sólo Dios puede responder. Vino entonces el tiempo de la oración, de la vida del Espíritu que he compartido con ella y que ha sido su consuelo y fortaleza. Más aún le ha abierto nuevos horizontes logrando en su vida paz, tranquilidad, sabiduría, manifestado en las reuniones familiares cuando nos da tremendos discursos plasmados de amor a su familia, a cada uno de sus hijos e hijas, nietos y bisnietos. Pero, muy especialmente comparte su vida cercana con Jazminita, mi hermana que padece autismo severo, y que es su principal motivación para continuar en esta vida hasta cuando Dios así lo disponga.
El poema que transcribo a continuación es uno de los favoritos que mamá lo recita entre lágrima y lágrima. La vida es así: risas y lágrimas, encuentros y pérdidas, día y noche para nuestros ojos, paz infinita para nuestras almas aquí, ahora y en la eternidad.
POEMA DE LUIS FELIPE BORJA MARTINEZ DEDICADO A ROSITA INÉS PAZMIÑO FLORES
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