EDITORIAL
Autora
Francisca Barros
Psicóloga Clínica
Máster en neuropsicología y educación
Docente universitaria
“Déjalo, el abuelito está cansado, es normal que no quiera hacer mucho, que duerma más y no quiera salir, está viejito y sin energía”.
Esta frase es más frecuente de lo que debería dentro del entorno familiar y se debe a los mitos y creencias que tenemos sobre el envejecimiento. Gracias a estas creencias hay un trastorno que pasa a ser subdiagnosticado y genera graves alteraciones en la vida de nuestros adultos mayores.
La depresión, es un trastorno del estado del ánimo que tiene sintomatología importante como tristeza permanente, fatiga, disminución en el tiempo invertido en actividades cotidianas, aislamiento e incluso pocas ganas de vivir. En el adulto mayor toda esta sintomatología muchas veces, de manera errada, se confunde con un estado normal de la edad.
Aproximadamente un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufren algún trastorno mental y muchos de los casos son subdiagnosticados y por este motivo no reciben el tratamiento apropiado a tiempo. Según la OMS, un 7% de la población de ancianos en general sufren de depresión, porcentaje que es casi la mitad de todos los trastornos mentales que sufren los adultos mayores.
Este trastorno puede generar sintomatología similar al deterioro cognitivo leve, ocasionando así, problemas en la memoria, dificultades en la atención e incluso alteraciones en el ritmo del pensamiento. Una persona de la tercera edad con depresión podría puntuar menos en escalas de medición de deterioro cognitivo leve tales como el Minimental o el MoCA y gracias a esto tener un falso diagnóstico de posible deterioro cognitivo.
Por tal razón, es importante que, si vemos en nuestros familiares síntomas como los descritos anteriormente, se debe realizar una evaluación psicológica completa, descartando depresión y analizando el deterioro cognitivo para de esta manera tener un tratamiento apropiado y una vida saludable.
Es importante recordar que el envejecimiento no significa perder nuestras facultades ni es equivalente a tener alguna demencia. El ser humano manteniendo una vida saludable y realizando los tratamientos apropiados puede tener un envejecimiento sano. Lo normal es que el adulto mayor tenga ganas de vivir, realice sus actividades cotidianas, tenga un círculo social y mantenga su energía.
Las recomendaciones para prevenir la depresión son las mismas que en cualquier edad. Es fundamental mantener un círculo social activo, evitar una vida sedentaria, realizando actividades físicas diarias como caminatas cortas de 30 minutos ya que, ayudan a la salud física y mental. Todo esto se puede complementar con terapia ocupacional y terapia psicológica para tratar los síntomas.
No asumamos que por la edad es normal estar abatidos, tristes y sin actividades. Eso no es la edad, eso es depresión.
Referencias
OMS, (2017). La salud mental y los adultos mayores. Obtenido de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/la-salud-mental-y-los-adultos-mayores
APA. (2016), Manual de Diagnóstico Estadístico de Trastornos Mentales. Quinta Edición. Barcelona – España, Ed. Masson.
Opmerkingen