VOZ DEL ADULTO MAYOR
Por: Margarita Speck
En los años de trabajo durante mi juventud tuve un supervisor cuya afirmación favorita era:
“Tengan bien claro que no hay problemas, lo único que hay son soluciones”
Esta idea cambió mi actitud de vida. En lugar de sentirme ahogada por una u otra situación, o buscar “culpables” que me aligeren la carga, pasé a la acción buscando resolver de buena manera lo que fuera que tenga al frente.
A veces me encontré frente a realidades irreversibles, que no tienen solución. Frente a ellas tenemos que escoger, tomar la actitud más adecuada para integrarlas de buena manera.
Y hay otras donde las soluciones no se nos ocurren en el momento.
En esos casos agradezco haber crecido rezándole a mi ángel de la Guarda, convencida, en mi inocencia infantil, de que me cuida y protege una fuerza intangible que está siempre a mi alcance. Lo único que necesito es invocarla.
En el curso de la vida, la inocencia ha sido reemplazada por la conciencia que ha ido creciendo gradualmente pasando por las varias etapas de desarrollo de mi ser. Sin embargo, en pleno uso de mi consciencia de persona adulta, y ahora a mis 92 años, y conservo la certeza de esa fuerza angelical, que me ha ayudado a encontrar caminos.
La vida sigue adelante en su constante cambio, y una de esas experiencias que eventualmente nos llega, es el envejecer. Y si, la vejez es obligatoria….
Es una transición del enfoque en nuestro aspecto material, externo por así decirlo, del cuerpo, dirigida al hacer del mundo, a volver la mirada hacia dentro, a nuestro aspecto interno, al alma y su mayor desarrollo, hacia la tranquilidad y la paz interior. Considero que somos espíritus encarnados para hacer una experiencia material en este mundo. La encarnación es un proceso pasajero que seguirá el curso de organismos vivos: nacerá, crecerá, madurará, envejecerá, y morirá; mientras el ESPÍRITU se mantiene.
Y si es cierto que por un lado hay la sensación de pérdida: por ejemplo de soltura en el movimiento, de agilidad, de agudeza de los sentidos, de equilibrio, Hay por el otro, una ganancia en profundidad, en comprensión, en sabiduría de vida, en consideración, en compasión.
Si, la vejez es obligatoria…. Sonreír en cambio, es opcional. Igualmente aprender es opcional…. Vejez, no quiere decir estancamiento. La vida sigue adelante.
Antes de terminar quiero citar una máxima de Juan Montalvo que dice así:
“Estudia y aprende como si fueras a vivir siempre. Vive, como si fueras a morir mañana.”
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