EDITORIAL
Autor
Dra. Susana Muñoz Yépez
Geriatra & Cuidados Paliativos
El cuidar de una persona con demencia puede ser gratificante y a la vez un gran desafío. Puede proporcionar alegría, un sentido de propósito, crecimiento personal, un sentimiento de cercanía a la familia. Sin embargo, esta labor también puede ser estresante y puede traer consigo frustración, sufrimiento, fatiga, aislamiento social y dificultades económicas.
Para tratar de que el adulto mayor con demencia y la persona que lo cuida mantengan una adecuada calidad de vida, se debe crear un ambiente lo más favorable posible, por lo que a continuación se describen algunas recomendaciones que confiamos serán de utilidad para los cuidadores.
- Establezca rutinas, pero mantenga las cosas normales: Por rutina, se entiende realizar las actividades de la vida diaria en una forma ordenada y precisa, estableciendo horarios, espacios y personas con las que se realizan estas actividades, como baño y aseo personal, alimentación, vestido, suministro de medicamentos, siestas o sueño nocturno, entre otros. Para la persona que padece demencia, la rutina puede representar seguridad y autonomía. Además, ayuda a que el cuidador sistematice sus tareas diarias, permitiéndole tiempo libre para su autocuidado.
- Independencia y autonomía, claves para mantener la dignidad: El mantener la independencia de la persona con demencia le permitirá mantener su autoestima y así mismo, puede disminuir la carga que debe soportar el cuidador. En la medida de lo posible, trate a la persona de la misma manera que lo hacía antes de la enfermedad. Es necesario que esta conserve su independencia y autoestima durante el mayor tiempo que sea posible.
- Estado de ánimo positivo para una mejor interacción: La actitud y el lenguaje corporal comunican los sentimientos y pensamientos con más fuerza que las palabras. El cuidador debe intentar mantener un estado de ánimo positivo, hablando con su ser querido de una manera agradable y respetuosa. Hacer que la comunicación verbal y la no verbal coincidan. La mirada y la expresión facial deben procurar evitar mostrar preocupación. Se recomienda usar expresiones faciales, tono de voz y contacto físico, que demuestren cariño y afecto.
- Mantener la atención de la persona con demencia: Es necesario limitar las distracciones y el ruido, especialmente cuando el enfermo padece de disfagia (dificultad para la deglución) secundaria al proceso neurodegenerativo producido por la demencia. En ocasiones, será necesario apagar la radio o la televisión, cerrar cortinas o la puerta de la habitación en la que se encuentra o inclusive moverse a un lugar más tranquilo.
Antes de hablarle a la persona, asegúrese de que tiene su atención, siempre diríjase a la persona por su nombre, use señales no verbales y caricias para ayudarle a mantenerse concentrada. Si el enfermo está sentado, siéntese a su mismo nivel e intente mantener el contacto visual.
- Exprese su mensaje claramente: Es necesario usar palabras y oraciones sencillas. Hablar despacio, gesticulando claramente y en un tono tranquilizador. Si la persona no le ha entendido la primera vez, use las mismas palabras y repita su mensaje o pregunta. Si todavía no entiende, espere unos minutos y reformule la pregunta y repita cuantas veces sea necesario.
- Realice preguntas sencillas y fáciles de responder: Es importante que realice una pregunta a la vez, aquellas preguntas con respuestas sí o no funcionan mejor. Abstenerse de hacer preguntas abiertas o dar demasiadas opciones. Por ejemplo, pregúntele “¿Te gustaría usar la camisa blanca o la camisa azul?” Mejor todavía, es mostrarle las opciones porque las indicaciones visuales y las pistas pueden ayudar a aclarar su pregunta y pueden guiar la respuesta.
- Escucha con tus oídos, ojos y principalmente tu corazón: Sea paciente esperando la respuesta de su ser querido. Si tiene dificultades para encontrar una respuesta, está bien sugerirle palabras. Esté atento a las señales no verbales y al lenguaje corporal, y responda apropiadamente. Esfuércese siempre para escuchar el significado, y los sentimientos detrás de las palabras.
- Cuando las cosas se pongan difíciles, distraiga y redirija: Si su ser querido se altera o se agita, intente cambiar de tema o de ambiente. Por ejemplo, pídale ayuda, sugiérale salir a caminar o cambie de actividad. Es importante brindar confort, consuelo y dar una respuesta que responda a la emoción de su ser querido, antes de redirigirlo. Por ejemplo, podría decirle algo así: “Veo que te sientes triste, lamento que estés molesto. Vamos a buscar algo de comer”.
Las personas con demencia a menudo se sienten confundidas, ansiosas e inseguras de sí mismas. Además, a menudo se confunden con la realidad y pueden recordar cosas que en realidad nunca ocurrieron. Evite tratar de convencerlos de que están equivocados. Responda con expresiones verbales y físicas de apoyo y tranquilidad. Tómelo de la mano, acarícielo, abrácelo o elógielo para conseguir calmarlo.
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